viernes, 8 de junio de 2012

CLAVE 1961 ASESINATO DEL GENERALÍSIMO LEONIDAS TRUJILLO


Por Armando Caicedo Garzón
Para el periodico el Tiempo
4 de abril del 1992


El dictador caribeño sospechaba que la muerte lo estaba rondando para pedirle cuentas, por eso advirtió públicamente a los conspiradores: El hombre que me dispare un tiro será mejor que apunte bien: de lo contrario será hombre muerto . Con tamaña advertencia, los veintitantos complotados prepararon el atentado, durante seis meses desde principios de diciembre de 1960, en medio del temor obsesivo de ser descubiertos. No estaban conspirando contra un hombre, sino contra un mito: omnipotente y omnipresente.
Desde cuando Rafael Leonidas Trujillo se hizo al poder en la República Dominicana un domingo de agosto de 1930 eliminando a sus opositores políticos por medio de la acción terrorista del grupo de sicarios conocido como La 42 , han transcurrido 31 años. Ahora, en 1961, este hombre es amo y señor de vidas, almas y haciendas, y ejerce su imperio con puño de acero.
En el mundo se le conoce como el dictador Trujillo , pero por la vía constitucional ostenta los títulos de Generalísimo, Benefactor de la Patria, Padre de la Patria Nueva y Generalísimo Doctor . El pueblo lo reconoce como padrecito . Y, en contraste con tantos títulos, allá, muy escondido en la memoria de sus amigos de juventud, se le recuerda por el apodo de Chapitas , cuando ingresó a la Guardia Nacional en 1918.
Su megalomanía es proverbial. Por la época de la celebración de los 440 años de fundación de la capital, Santo Domingo la ciudad más antigua de América, bautizada así por Bartolomé Colón, el Generalísimo decidió cambiarle el nombre por el de Ciudad Trujillo, denominación que subsistió, desde enero de 1936, durante el siguiente cuarto de siglo. Similar suerte corrió la montaña más alta de la isla, conocida desde entonces como Pico Trujillo.
En la ciudad se yerguen altaneras 1.217 estatuas de Trujillo, esculpidas, moldeadas y fundidas en toda clase de materiales nobles, y en toda las posiciones imaginables: a caballo, con toga, pedestres, heroicas. En cada hogar dominicano, una placa votiva reza: En esta casa, Trujillo es el jefe .
Se calcula su fortuna personal en 800 millones de dólares y bajo su control se mueve el principal producto de exportación dominicano: el azúcar. Trujillo es propietario directo y a través de testaferros del 65 por ciento de las plantaciones de caña y de 12 de las 16 refinerías de azúcar del país.
Su República Dominicana, paraíso del despotismo, ha venido acogiendo a los dictadores derrocados en América Latina. Por allí desfilaron Perón, Rojas, Pérez Jiménez y Batista.
Pero su martes negro le llegó el 30 de mayo de 1961. La conspiración se decidió para esa fecha, aprovechando que su poderoso hijo Rafael Ramfis Trujillo se encontraba en París, participando en la temporada de polo. Los cabecillas de la conspiración eran: El general Juan Tomás Díaz (retirado intempestivamente del ejército el año anterior), José Román Fernández (secretario de las fuerzas armadas), Antonio De La Maza (en venganza por el asesinato de su hermano por orden de Trujillo) y el teniente Amado García, quien sirvió en la escolta personal del dictador.
La noche de su muerte, el Generalísimo recogió intempestivamente al general Roman uno de los conspiradores para efectuar con él una visita sorpresa a la base aérea militar de San Isidro. Terminada esta, decidió a las 10 de la noche, continuar el viaje hacia su hacienda La Fundación, y de paso, enfrentar la cita con la muerte.
Desde las 8 p.m., dos vehículos se encontraban estacionados en la autopista, listos a cerrarle el paso.
A las 10:20 de la noche, un tercer automóvil alcanzó el Chevrolet azul de Trujillo, y a la señal convenida, lo ametralló por detrás. El viejo dictador frenó, salió del carro y gritó: Estoy herido, pero vamos a pelear . Con una simple pistola se enfrentó a las ametralladoras.
Esa noche, la era Trujillo casi, casi, queda terminada.
Los conspiradores, cundidos del pánico, no acertaron a consolidar el golpe... y 24 horas más tarde, Ramfis Trujillo, de 32 años hijo mayor del dictador alquiló un Boeing de Air France por 28.000 dólares en París y regreso a Ciudad Trujillo para controlar el poder y vengar a su padre.
Ramfis Trujillo, desde niño, sabía para qué era el poder: Antes de cumplir los 3 años, obtuvo el grado de Coronel del Ejército. A los 8 años, le fue otorgada la Medalla al Mérito Militar, en atencion a sus especiales virtudes . A los 14, era Brigadier General. En la escuela militar de su país, descolló como destacado jugador de polo y, por entonces, la Universidad Nacional le otorgó el título de Doctor Honoris Causa. A los 28 años, ingresó como alumno de Estado Mayor al Fuerte Leavenwort en Estados Unidos, pero fue virtualmente expulsado por ineptitud . Para compensar esta afrenta de los gringos , su papá lo nombró Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Durante los oficios fúnebres, presididos por Ramfis , 250.000 acongojados dominicanos apostados frente a la basílica cantaban la letanía: Dios mío, Dios mío, por qué le hicieron esto a nuestro padre? .

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